#MujeresInfluyentes




Hace 4 años que encontré el video que ha tenido más influencia en mi vida: explicaba como invirtiendo en la educación de una niña de 12 años en situación de carencia económica, se podía de hecho, combatir el hambre desde su raíz. La cadena es simple: una niña que llega a su adolescencia en la pobreza extrema, se expone a tener hijos a corta edad, abandonar sus estudios, trabajar en lo que sea, y así, nace una nueva familia con la misma situación económica y devastadora; y con gran probabilidad de repetir este ciclo generación tras generación. La sugerencia entonces es, invertir en la educación de las niñas de 12 años para darles opciones, que la apoyen para convertirse en una mujer con estabilidad, que tome sus decisiones respecto a su carrera, su entorno y su familia. Está demostrado que las mujeres con educación formal, invertirán en su familia y su comunidad de 10 a 20% más que un hombre. Desde entonces, ha sido un propósito adicional a mi realización de mujer, madre y empresaria: crear un impacto en las mujeres de mi entorno, y eventualmente hacer algo que inspire a niñas a convertirse en una huella positiva, sea cual sea el ámbito en el que decidan desarrollarse. 


El día 5 de junio de 2014 empecé con una pregunta a través de mi cuenta comercial de Facebook, que me enviaran el listado de mujeres que consideraran que hubieran sido influyentes en la historia. Recibí 53 respuestas de mis seguidores, y todos los días, mi lista va creciendo. Cada semana publico al menos 5 biografías de mujeres que hayan causado un impacto, biografías cortas que pueden leerse en menos de 3 minutos. En mis publicaciones, mi intención no es que estas mujeres sean juzgadas como buenas o malas, sino que la gente conozca en tres minutos el impacto que ellas han generado en su vida y su contexto. 


He encontrado mujeres sorprendentes de quienes no sabía nada, como Maria Letizia Ramolino, mamá de Napoleón Bonaparte. Ella, tras haber pasado su adolescencia recién casada en la guerra, destina entre sus 8 hijos tiempo extra para Napoleón, en quien encontró un instinto militar que lo convirtió en Emperador de los Franceses. 


He escrito de mujeres reivindicadas con el destino, como Diana Spencer, quien al renunciar a su estatus de la realeza por su divorcio, fue obligada a retirarse de más de cien obras de caridad que presidía. Entonces, con esta nueva libertad, se enfocó en abrir caminos para los enfermos de SIDA, los leprosos, y su campaña contra las minas antipersonales resultó en el Premio Nobel de la Paz después de la muerte de la Princesa del Pueblo. 


He encontrado mujeres rudas de carácter como Ángela Merkel al frente de un partido dominado por hombres de otra región y religión; forjadas por la violencia política como Michelle Bachelet y Rigoberta Menchú; o bien, que se negaron a casarse para no degradar su poder, como la Reina Isabel I.


He recibido nombres perdidos en el Internet, pero que quiero encontrar, como la historia de una pareja que fundó el trabajo tras bambalinas de lo que sería el Instituto Mexicano del Seguro Social, las mujeres detrás de los presidentes, la foto de la brillante Güera Rodríguez de quien nunca nos platicaron en la escuela; y el reto escoger una de las tantas obras de arte que representan a la Virgen María mencionada en los Evangelios cristianos y el Corán, para ser un ejemplo de naciones. 


En estos días empecé la primera categorización de mi lista de mujeres que ya llegaron a una centena en la lista de espera, con nombres de nuestro bello país cambiado en el arte, la política, la cultura, el deporte y la ciencia. Después vendrán la categoría de las músicas, las científicas, las ganadoras del Nóbel, las guerreras, las políticas y las controversiales… 


Y es que esta tarea impuesta por mi, para mi misma, es mi homenaje personal a ellas que cambiaron el curso de la vida tal como se conocía antes de su huella, con sus premios internacionales y silencios desconocidos, mujeres poderosas económicamente y mujeres paupérrimas, luchadoras sociales, madres, empleadas, investigadoras, comunicadoras… En este mundo que nos han legado, quiero que mis lectores olviden por un momento esas generalizaciones de que la historia fue forjada por hombres, o que las mujeres empezaron a tener voz en los 60’s. 

Hubo más, y habrá más, en esta lista que quiero que los sorprenda, y que algún día leeré a mis hijos para mostrarles que no hay barreras para ser grandes y dejar en su nombre una inspiración para generaciones posteriores.  


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