Te regalo paz

Renée Angélica García.

Todo conflicto empieza creyendo que sabes del otro y sus intenciones.

El 8 de diciembre de 1980, Marc David Chapman había pedido a John Lennon, que le autografiara el disco Double Fantasy. Chapman esperó el regreso de Lennon, unas cinco horas más tarde, para matarlo a balazos por la espalda, afuera del Edificio Dakota, frente al Central Park en Nueva York. Después, en uno de los tantos juicios hechos al solitario asesino, confesó que el exbeatle le pareció un hipócrita, después de haber escuchado el disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. ¿No fue entonces, un acto hipócrita, terminar de esa manera con la vida de un artista pacifista, revolucionario musical y enemigo de la guerra?

30 años después, se captura a Julian Assange, un enemigo de la guerra en el terreno la revolución tecnológica. Si el Rock llegó después de los Beatles para enviar mensajes masivos, la red es la versión dosmilera, a diferencia que el talento en Internet es más fácil, colaborativo y accesible de publicar que la música. Assange, señalado como fundador de Wikileaks, es el enemigo visible de las guerras del mundo occidental. Un Robin Hood de nuestra época sería entonces, áquel quien pone a la libertad de publicación en Internet secretos militares.

Los secretos de los conflictos están abriendo los ojos de las sociedades virtuales. No necesariamente nos convierte en personas más pacíficas, pero sí, en más humanos. Saber que cantidades de civiles inocentes mueren en estos enfrentamientos quizá no haga que todos protesten, pero siempre, logran sensibilizar un poco cuando reflexionan que podría ser un amigo, un familiar, un vecino…

Equivocadamente, los grandes conflictos intentan resolverse con estrategias de guerra, con armas más grandes, con “poder”. Tener poder, o creerse más poderoso que el oponente, hace que todo ser humano pierda perspectiva. Cuando sientes el poder por poder, alejas la vista del objetivo, enfocándote a la supremacía en vez de lo que quieres lograr. ¿Cuántos muertos ha habido en la guerra contra el terrorismo? ¿Cuántas vidas se pierden contra el narcotráfico? ¿Qué ganarán las Coreas destruyéndose una a la otra? ¿Cuántos milenios le faltan al Medio Oriente para llegar al respeto de diversidad religiosa?

Las historias que envuelven a los conflictos y sus motivos, siempre tienen dos o más puntos de vista, que en ningún momento son una verdad absoluta. Y no necesariamente hablo de la guerra, también puedo hablar de aquellos quienes, años antes, fueron inseparables, y el día de hoy no se hablan. El motivo del pleito se disipa, las vidas son diferentes, y se van acostumbrando a vivir alejados, mientras que, quienes se quiebran la cabeza pensando a quien de ambos invitar a la fiesta de cumpleaños, es el pobre tercero que era amigo de los peleados.

Quizá si pensáramos como hablamos, llegaríamos a un punto de acuerdo. Quizá si impedimos las faltas de respeto, ganemos algo del mismo. Si fuéramos el terreno neutro al que acuden los amigos, tuviéramos más paz, nos preocuparíamos menos, disfrutáramos hoy… Si ayer fue difícil, como quiero que sea el presente. Si reflexionáramos como el presente construye el futuro que quiero, actuáramos como lo que queremos ser.

Las guerras no se juegan únicamente en terrenos de guerra, empiezan desde casa. Se pierden las guerras cuando los niños no aprenden de valores. Se ganan por medio de esperanzas y la búsqueda de soluciones.

Todo conflicto empieza creyendo que sabes del otro y sus intenciones. Si las cosas son complejas, no significa que sean complicadas. Complejo es discutir un punto de vista, la solución depende del nivel de diálogo, y la confianza de que posiblemente, la otra persona ve una respuesta que favorezca a ambos. Cuando hay diálogo, deja de ser complicado.

Así paga la vida

A la vuelta de la esquina, las cuentas se saldan. Me da mucha felicidad saber que todo el amor que han dado algunas mujeres maravillosas muy cercanas a mi, lo reciban a través de los pequeños retoños que llenarán su vida de alegría. Con todo mi corazón, de madre a madre, los mejores deseos. Bienvenido Tadeo, y esperamos al bebé sorpresa para el 2011.

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Comentarios

  1. Profundas palabras. Si tan solo los líderes del mundo comprendieran que las guerras son solo pretextos de la gente débil de corazón. Que creen que matando alcanzaran la grandeza por conseguir lo que quieren por la fuerza. Es triste, pero tal como lo mencionas, la era de las mentiras a terminado. Somos una sociedad renovada que no cierra sus ojos ni sus oídos al mundo exterior. La tecnología es nuestro medio y las palabras nuestras armas.¡Que viva la era de la información!

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